"El erotismo es uno de los aspectos de la vida interior del hombre. Nos equivocamos con el porque busca sin cesar afuera un objeto de deseo. Pero ese objeto responde a la interioridad del deseo" Estas palabras de George Bataille pueden servir de portico para acceder a los territorios humedos que se exploran y explotan en Almohada para diez. El lector tiene en sus manos un ramillete dedicado al hedonismo y la mas profunda piel, una decena erotica y poco tragica que se adentra sin pelos en la lengua en lo que ocurre no solo entre las sabanas sino fuera de ellas. Un escritor que durante un festival literario en Berlin se ve envuelto en un intenso intercambio de pasiones; una enfermera obsesionada con el falo de un paciente comatoso; el yuppie de San Francisco que saborea los frutos amargos de la infidelidad, una esposa que descubre con estupor la doble vida de su marido; una pareja incidental que da rienda suelta a su sexualidad en un restaurante atestado; un hombre que intenta hallar el halito divino en los cuerpos que le ofrenda Londres; un fotografo que viaja a Nueva York para reunirse con una sombra lubrica de su pasado; una mojigata que se topa con el rostro lascivo de las obras de beneficencia; seis voces que siguen otros tantos derroteros de la sensualidad; un inquilino que se esfuma luego de entrar en contacto con el fantasma de su deseo: estos son los guias elegidos para la voluptuosa odisea que plantea Almohada para diez. Cabe hacer una sola advertencia dirigida al lector incauto: nadie sale virgen de aqui.