¿Crees que se puede adelgazar sin hacer régimen ni tomar medicamentos, dar firmeza a los músculos sin hacer deporte y sin gastar dinero, tan sólo con un poco de agua fresca aplicada externamente? ¿Imposible, dices? ¡Inténtalo! Vamos a no taparnos las orejas ni cerrar los ojos, dándonos el tiempo necesario para escuchar y comprender. El baño derivativo es tan milagroso como dar el pecho materno. Data de la misma época, es decir, de los orígenes de la humanidad y sus efectos son igual de variados y benéficos. Actúa sobre el conjunto del cuerpo, sobre el sueño y sobre diversas funciones necesarias para la vida. Es una manera muy sencilla puesta a nuestro alcance por la naturaleza para estar en forma y mantener o recuperar la figura y la salud. Es utilizado en más de treinta países pero nadie osa hablar de ello en voz alta. Sin embargo sería de desear, en beneficio tanto de nuestra salud física como mental. Amplios sectores de la medicina oficial están ya interesando seriamente en los baños derivativos.