Abrazada por su muralla centenaria, la ciudad de Campeche parece cautiva del tiempo y la leyenda, pero su arquitectura revitalizada revela otra historia. Es una ciudad asombrosamente viva cuyo espíritu está dado por su gente y su comida, por sus casas, su arte y artesanías, y por la manera en que han logrado convertir cada rincón en un espacio privilegiado.