Esta obra trata sobre el arraigo de viejas creencias populares en torno al destino de los muertos, el manejo de tradiciones por medio de mitos, relatos y elementos materiales, se traspasan a la "alta" cultura y son signos indiscutibles de lo cotidiano de la muerte. En las familias estudiadas, estos elementos están presentes en toda su magnitud y ayudándoles a estructurar sus vidas y a entender y consolarse por sus muertes.
Sus experiencias, siendo también las de otros, son originales.
Proponer una antropología de la muerte infantil es un intento por superar las restricciones disciplinarias que se imponen en el método de investigación.
No se puede analizar realmente una "experiencia" si se prescinde de la palabra de quien la vive.
La reconstrucción de esa experiencia adquiere toda su dimensión en el marco de la discusión sobre las relaciones entre el "yo" y el "nosotros" en las ciencias sociales.
¿Cómo analizar, desde una perspectiva interdisciplinaria, un hecho como la muerte de un ser querido en la familia? ¿Cómo explicar, desde una concepción integradora, la experiencia de los dolientes frente a la muerte? ¿Cuál es la diferencia entre la muerte como experiencia y condición social, y el hecho vital de la muerte como acontecimiento?