Los mayores nunca gritan. Tampoco lloran, ni se enfurruñan. Nunca hacen trampas. No se olvidan las cosas. Tampoco se tropiezan. ¿No?
Artículos relacionados
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información