ALBOR GUZMAN, SAUL MANUEL / GODINEZ LOPEZ, ROBERTO (COORD.)
Estamos ante un libro ecléctico y en aparente desorden, pero en realidad es así; similar al caleidoscopio que muestra las posibles combinaciones de colores y formas de pequeños pedazos de cristal que multiplican las geometrías dentro de un pequeño espacio vacío de espejos. En este libro se presenta la coexistencia entre tradición o tradiciones y modernidades, así que el mundo del conocimiento con sus objetos, sujetos, individualidades, colectividades y los pensamientos se convierten en viajes realizados en caminos, veredas, rutas intrincadas de redes de información que se entre cruzan con avenidas, anillos viales, puentes peatonales, etc., que se presentan ante la mente, pero siempre el espacio y el territorio del conocimiento genera la proyección de la construcción de lo conocido, volcado a la reconstrucción de las concepciones para marcar los rumbos de la nostalgia, la alegría y la frustración hacia las formas imaginativas de inconmensurables e infinitas posibilidades de pensar, crear y ver el mundo. Esta puede ser una obra con un contenido de muchas cosas que parecen desengarzadas y sinsentido. A primera vista puede ser confuso por la condición de sus temáticas en cada capítulo, pero que podemos hacer si el mundo es ecléctico y variopinto, y más si los ejes rectores son la cultura, la política y la sociedad en un territorio compuesto con una disparidad de territorios, objetivos, y virtuales definidos como Guanajuato. Aquí se pada la propuesta y proyecciones a problemas propios, a escenarios estadísticos, a oralidades, canciones, migraciones infantiles e imaginarios sociales que retan a una modernidad que presume de racional y que no ofrece asidero alguno a los pobladores que se aferran a sus tradiciones, todo por los cambios y el fomento de las condiciones posmodernas, sin olvidar que en este andar quedan marcas vigentes de la tradición; de esa manera se vislumbra un territorio fractal de posibilidades que ha vendido su alma al diablo para dar sentido al andar de un lugar que puede ser compartido con las realidades de otras partes del mundo. Así, cada autor desde sus líneas de investigación, sus propias incertidumbres y preocupaciones, intenta dejar una pizca para reconocer l diversidad de fenómenos sociales que afectan a un mundo que cambia, rota y diversifica sus contenidos, por lo que conocer un lugar no implica comprender su complejidad y sus simetrías rotas que se engloban como un todo inconexo. Queda al lector generar el entramado del sentido de lo que aquí se plasma, por lo que lo hace ser un libro compartido y listo para hacer del tablero de ajedrez con sus colores claros y obscuros un remache de piezas de un rompecabezas que ayuda a explicar una realidad particular con tintes de análisis en el globo terrestre para seguir continuando en el pasar del infinito