Desde el título mismo, el libro de Kandinsky, De lo espiritual en el arte, ofrece en gran medida la formula pragmática implícita de los expresionistas; pero ante todo, expresa por primera vez la tendencia a la unificación de una teoría del artista.
No es un azar si en este libro, en lugar de una simbiosis de las artes o en lugar de su aglomeración con miras a una eficacia acrecentada y falsa en la mayoría de los casos, se ve intervenir la idea de reciprocidad técnica. El texto de Kandinsky retrata de una forma muy fiel la experiencia de su momento histórico.
Cuando el artista se enfrenta con las dificultades particulares de su oficio, surge la necesidad de un esquema teórico al que Kandinsky logra dar forma en esta obra. Para defender su idea de lo espiritual, Kandinsky recurrió incluso a la polémica abierta con el positivismo y el ocultismo de su tiempo. El libro aclara cómo en el momento en que el artista pierde la evidencia de sus procedimientos, se entrega a reflexiones que no siempre domina; la única salida es entonces la realización en el trabajo, "sólo quien trabaja infatigablemente puede sobrevivir al naufragio".