La distinción izquierdas-derechas se ha querido presentar como asunto del pasado, y la democracia formal como el objetivo a alcanzar en todo el mundo. Esta nueva ideología ha tratado de encubrir dos fenómenos: 1] que la ampliación de la democracia (formal) se da al mismo tiempo que el aumento de las desigualdades sociales y de la pobreza; y 2] que la derecha y la ultraderecha ganan terreno en las posiciones de poder, no sin contradicciones en algunos casos.
Derechas y desigualdades sociales son asociadas por el autor como partes de un mismo proceso que se ha acentuado con el desarrollo del capitalismo a escala global, cada vez con menos excepciones. Sin embargo, en este libro se destaca que las desigualdades sociales no sólo han sido producto del capitalismo sino también de la dominación ejercida por quienes han sido los usufructuarios del control estatal de la economía en los países llamados socialistas, o por quienes a nombre del nacionalismo o de fundamentalismos religiosos han ejercido el poder de manera dictatorial. Las dictaduras, como formas de dominación, también generan desigualdades -nos dice el autor-, y estas dictaduras son o han sido también de derecha o de ultraderecha, según el caso y el momento.
En la actualidad las ultraderechas no tienen el poder por sí mismas, salvo en algunos países, pero en el periodo entre guerras sí lo tuvieron, principalmente en Europa con el ascenso de los fascismos. Las ultraderechas de hoy, tanto las que comparten el gobierno con las derechas como las que se mueven al margen del poder, tienen sus raíces en los fascismos del pasado, con algunas importantes diferencias que también analiza el autor.
Octavio Rodríguez Araujo, profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha publicado en Siglo XXI editores, entre otras obras, Izquierdas e izquierdismo. De la Primera Internacional a Porto Alegre (2002).