La desdichada cuenta la historia de Susana, una heroína romántica. Una mujer que le lee Ivanhoe a su amado y se compara con Lady Rowena. Esas voces de aquí y de allá. Pero hay algo más. Una escritura abundante en chistes, refranes, frases en alemán y francés, citas, en fin, formas de la ironía literaria, salta por el aire a fuerza de espíritu crítico.
La admiración de Henry James (lo llamaba genio elegante) y los elogios de Harold Bloom no impidieron que parte de la ficción de Turgueniev siga inaccesible para los lectores de lengua española. Prueba de su límpida prosa y de su extraordinario poder de observación es esta brillante historia que según Flaubert era una de las obras maestras del ruso.