La labor de los abuelos es consentir. Pero consentir puede tener distintas connotaciones. Cuando es una expresión del amor y de la aceptación incondicional, nutre y fortalece la vida emocional del nieto. Estar con los abuelos se convierte en un regalo para él. Pero cuando el consentimiento echa a perder, dando sin medida, sin poner límites a las faltas de respeto o contradice los deseos de los padres, entonces, ese consentimiento hace daño. Los abuelos contribuyen a que el nieto se vuelva demandante, caprichoso, grosero e inadaptado. Rosa Barocio dedica este libro a los abuelos en una época de grandes cambios para la familia. En una sociedad donde cada vez más madres trabajan, los abuelos se convierten en un apoyo importante en el cuidado de los nietos. Para que la relación entre los padres y los abuelos sea armoniosa, ambos deben mantener límites personales sanos. Con gran sentido de humor y muchas anécdotas, la autora nos invita a reflexionar, a cuestionarnos y a desechar viejos patrones que hacen daño. Ser abuelo se convierte en una segunda oportunidad para amar con un amor maduro y generoso, pero también responsable.