Fazal Elahi ofrece su modesta fortuna a quien le diga cómo superar el dolor por la muerte de su hijo de cuatro años a manos de soldados americanos. Recibe toda clase de sugerencias, desde bombas pegadas a su cuerpo hasta entregarse a Alá, la única fuente de consuelo. Pero las circunstancias lo llevan a aceptar la más incomprensible de todas las propuestas: adoptar a un niño americano.