A Tochtli le gustan los sombreros, los diccionarios, los samuráis, las guillotinas y los franceses. Pero Tochtli es un niño y ahora lo que quiere es un nuevo animal para su zoológico privado: un hipopótamo enano de Liberia. Su padre, Yolcaut, un narcotraficante en la cúspide del poder, está dispuesto a cumplir todos sus caprichos. No importa que se trate de un animal exótico en peligro de extinción. Porque Yolcaut siempre puede. Tochtli vive en un palacio. Una madriguera recubierta de oro en la que convive con trece o quizá catorce personas: matones, meretrices, dealers, sirvientes y algún político corrupto. Y además está Mazatzin, su profesor particular, para quien el mundo es un lugar lleno de injusticias donde los imperialistas tienen la culpa de todo. Fiesta en la madriguera, una excelente y más que prometedora primera novela, es la crónica de un viaje delirante para cumplir un capricho. Cabezas cortadas, ríos de sangre, restos humanos, montañas de cadáveres. La madriguera está en México y ya se sabe: México a veces es un país magnífico y a veces es un país nefasto. Las cosas son así. La vida, al fin y al cabo, es un juego y una fiesta.
Juan Pablo Villalobos (México, 1973) ha investigado temas tan dispares como la ergonomía de los retretes, los efectos secundarios de los fármacos contra la disfunción eréctil o la excentricidad en la literatura latinoamericana de la primera mitad del siglo XX. En Anagrama se han publicado sus dos primeras novelas, traducidas a más de una docena de idiomas, Fiesta en la madriguera: «Esta novela descubre la inocencia como soledad. Descubre la inocencia como incomprensión. Es un ataque deliberado y salvaje a las convenciones de la literatura» (Adam Thirlwell); «Basta el laconismo de esta novela para enamorarse de ella» (Der Spiegel); «El efecto paródico acumulativo de esta novela es escalofriantemente poderoso» (Sunday Times); «Una novela corta de una loca originalidad que hiela la sangre» (VSD); y Si viviéramos en un lugar normal: «;Corta, brutal y divertida; es el triple mandamiento de la novela moderna tal y como la concebía nuestro héroe B. S. Johnson, y el libro de Villalobos cumple la máxima con gran eficacia (Kiko Amat); «Un drama mexicano y una frustrada tragedia griega donde la realidad más brutal se vuelve delirante, como lo es el humor muy cercano al del gran Ibargüengoitia, sin que por ello Villalobos traicione al Jalisco de Rulfo» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Una novela que bebe de las fuentes de Bohumil Hrabal, César Aira, Alfred Jarry y Jorge Ibargüengoitia; es decir, de las fuentes del humor delirante con el que se cuenta todo aquello que es demasiado doloroso para ser narrado de otro modo» (Patricio Pron).