El Metro lo es todo: vitrina, historia de México, jaula, carrocería, movimiento, cementerio, descubrimiento, encuentro de enamorados, escenario de conciertos con piano para karaoke, telón de teatro, sala de cine, hotel de paso, tumba del suicida. El Metro nos precipita al fondo de la tierra, al fondo de la historia de nuestro país y de nosotros. Inquieta a los arqueólogos: "Allá adentro está todo nuestro pasado, cuidado con hacerlo trizas". Cada excavación puede ser una puñalada en la espalda de Cuauhtémoc.