En este texto, la autora, de manera convincente, sostiene que antes de intentar reformar o criticar a la policía, es preciso escucharla y tomar en cuenta sus argumentos. Ninguna política de seguridad pública podrá resultar exitosa, nos dice, si deja de tomar en cuenta cómo se ve la policía a sí misma, cómo se siente vista por los demás y cómo mira a los ciudadanos en este juego de imagen y autoimagen, que este texto permite develar