Para Todorov, la literatura fantástica constituye un género cuyas reglas es posible determinar, distinguiendo en toda obra narrativa los siguientes aspectos: 1) Verbal, que incluye la enunciación (hablante-oyente) y el enunciado, 2) Sintáctico, o tipo de relación en que entra las distintas unidades narrativas, y 3) Semántico, en el que se evidencian los temas. Lo fantástico debe manifestarse en cada uno de los niveles indicados, y se caracteriza por una percepción ambigua de acontecimientos insólitos, aparentemente sobrenaturales.
Por otro lado, el autor sostiene que hay dos tipos de temas fantásticos: del yo y del tú, donde los temas del yo cuestionan los límites entre la materia y el espíritu, del cual surge una causalidad particular, el pandeterminismo, la multiplicación de la personalidad, la ruptura del límite entre sujeto y objeto y la transformación del tiempo y del espacio. Mientras que los temas del tú nacen del deseo sexual. La literatura fantástica pone en circulación los excesos sexuales, sus transformaciones y perversiones, relacionándolos con la crueldad y la violencia, manifestándose a través de la preocupación por la muerte, por la vida de ultratumba, por los cadáveres y por el vampirismo. Es una relación del hombre con su deseo y, por eso mismo, con su inconsciente. Todo esto se desmenuza detalladamente en la presente obra.
Para Todorov, la literatura fantástica constituye un género cuyas reglas es posible determinar, distinguiendo en toda obra narrativa los siguientes aspectos: 1) Verbal, que incluye la enunciación (hablante-oyente) y el enunciado, 2) Sintáctico, o tipo de relación en que entra las distintas unidades narrativas, y 3) Semántico, en el que se evidencian los temas. Lo fantástico debe manifestarse en cada uno de los niveles indicados, y se caracteriza por una percepción ambigua de acontecimientos insólitos, aparentemente sobrenaturales.
Por otro lado, el autor sostiene que hay dos tipos de temas fantásticos: del yo y del tú, donde los temas del yo cuestionan los límites entre la materia y el espíritu, del cual surge una causalidad particular, el pandeterminismo, la multiplicación de la personalidad, la ruptura del límite entre sujeto y objeto y la transformación del tiempo y del espacio. Mientras que los temas del tú nacen del deseo sexual. La literatura fantástica pone en circulación los excesos sexuales, sus transformaciones y perversiones, relacionándolos con la crueldad y la violencia, manifestándose a través de la preocupación por la muerte, por la vida de ultratumba, por los cadáveres y por el vampirismo. Es una relación del hombre con su deseo y, por eso mismo, con su inconsciente. Todo esto se desmenuza detalladamente en la presente obra.