Después de una crisis y algunos pensamientos suicidas, por fin empieza á manejarse bien como viuda y madre. También su trabajo de ilustradora de libros tiene algunos alicientes como las clases de horticultura a las que su jefa la apunta. Por lo visto, el encargo de ilustrar una serie de guías de horticultura para una edición de lujo implica también mancharse las manos de tierra.
Después de reclutar a sus dos hijas y a una hermana que la apoya contra viento y marea, Lilian se presenta en el jardín botánico de Los Ángeles sintiéndose fuera de su elemento. Pero lo que no tardará en descubrir con la ayuda de un profesor paciente y de un grupo de jardineros muy peculiares es que, quieras o no, el sol siempre acaba saliendo en la vida de cada persona.