Katie Brenner tiene veintiséis años y una vida perfecta: un apartamento en Londres, un trabajo glamuroso y un perfil de Instagram fantástico. Pero la realidad no es tan maravillosa como parece: vive de alquiler en una habitación diminuta donde no hay espacio ni para un armario y cada día emprende un eterno trayecto en transporte público para llegar a su puesto de administrativa en la empresa de comunicación donde trabaja. Lo que comparte en Instagram no es su verdadera vida, pero tiene la esperanza de que un día sus sueños se hagan en realidad.