No hay princesa sin dragón es una novela que despierta la mente imaginativa. Camila Caminos, su protagonista, es una navegante de la imaginaciíon que nos da pautas -costosas, pero sendas al fin- de como pasar por este mundo intentando "ser exactamente como a uno se le dé su regalada gana". En este sentido, es una novela de amor, de pasiones, de microhistorias que convergen con todas nuestras historias.
La historia de Camila transcurre en un mundo nitidamente misterioso, inefablemente comprensible, que podemos ubicar dentro del realismo mágico, pero más que eso, es una expresión literaria de los arquetipos latentes en nuestra cultura, una versión del mundo en que los protagonistas deambulan libremente por la dimensión fantástica y por la realidad cotidiana.