La obra poética de Xavier es dolorosa, es una poesía de muerte, deprimente, pero perfecta, como decía el mismo Octavio Paz quien aseguraba que es de las pocas poesías perfectas. Sin duda en los poemas de Villaurrutia se vislumbra una tragedia interior relacionada consigo mismo. Un tema recurrente en su poesía es la muerte y la angustia de la muerte él la transforma en nostalgia, consideraba que el hombre puede echar de menos su muerte, que vive y experimenta en formas muy misteriosas. Este poeta desesperadamente construía su verso con el agónico aliento de quien, minuto a minuto, sufría la avidez de los sentidos. Porque el mundo era para él, como para los elegidos por el arte, la última oportunidad, escribió, en el prólogo a las Obras, Alí Chumacero.