Al presentar esta obra al lector, su autor dijo que con ella ofrecía "de un rasgo, todos los doce Gracianes". Quiere esto decir que Gracián condesó en los 300 aforismos comentados de su Oráculo manual y arte de prudencia lo esencial de un pensamiento expresado en las miles de páginas que suman sus tratados didáctico-morales, la "summa" de todo su pensamiento anterior.
Ya el título es una buena muestra de su singular estilo conceptista, pues expresa una antítesis llena de significado: mientras que el sustantivo "oráculo" remite a algo oculto -en rigor es el "secreto emanado de la divinidad"-, el adjetivo "manual" denota lo contrario: una guía "para un uso práctico y portátil", o dicho de otra manera: el saber más profundo expuesto para todos los públicos.
Gracián logró con creces su propósito de escribir un precioso manual de normas -la palabra "arte" significa "reglas y preceptos para hacer rectamente las cosas"- de uso práctico para orientar la conducta del ser humano en una sociedad compleja y en crisis.
Baltasar Gracián y Morales (Belmonte de Gracián, Calatayud, Zaragoza, 8 de enero de 1601-Tarazona, Zaragoza, 6 de diciembre de 1658) fue un jesuita, escritor español del Siglo de Oro que cultivó la prosa didáctica y filosófica. Entre sus obras destaca El Criticón alegoría de la vida humana, que constituye una de las novelas más importantes de la literatura española, comparable por su calidad al Quijote o La Celestina.1?
Su producción se adscribe a la corriente literaria del conceptismo. Forjó un estilo construido a partir de sentencias breves muy personal, denso, concentrado y polisémico, en el que domina el juego de palabras y las asociaciones ingeniosas entre estas y las ideas. El resultado es un lenguaje lacónico, lleno de aforismos y capaz de expresar una gran riqueza de significados.
El pensamiento de Gracián es pesimista, como corresponde al periodo barroco. El mundo es un espacio hostil y engañoso, donde prevalecen las apariencias frente a la virtud y la verdad. El hombre es un ser débil, interesado y malicioso. Buena parte de sus obras se ocupan de dotar al lector de habilidades y recursos que le permitan desenvolverse entre las trampas de la vida. Para ello debe saber hacerse valer, ser prudente y aprovecharse de la sabiduría basada en la experiencia; incluso disimular, y comportarse según la ocasión.
Todo ello le ha valido a Gracián ser considerado un precursor del existencialismo y de la postmodernidad. Influyó en librepensadores franceses como La Rochefoucauld y más tarde en la filosofía de Schopenhauer. Sin embargo, su pensamiento vital es inseparable de la conciencia de una España en decadencia, como se advierte en su máxima «floreció en el siglo de oro la llaneza, en este de yerro la malicia».