Las pirámides, los códices, los edificios, la cerámica conforman un patrimonio físico, material, que nos identifica a los mexicanos, aunque parecen ya no tener mucha relación con el presente. En cambio hay un conjunto de costumbres que conforman un patrimonio cultural de identidades, sentimientos e imaginación que siguen muy presentes en nuestro país. Estas prácticas son formas visibles de convivencia, efímeras e intangibles, a las que llamamos patrimonio cultural inmaterial. Si bien el patrimonio material de un país es susceptible de perderse, el no material lo es aún más en un mundo globalizado. De allí la preocupación de la autora por levantar la mirada hacia este patrimonio vivo para que la gente aprenda a salvaguardarlo. Es un ameno libro, bellamente ilustrado, coordinado por Lourdes Arizpe, reconocida historiadora y antropóloga, que nos habla de festividades que representan escenificaciones de lo ocurrido en las guerras de Independencia y Revolución de México.