Pompas fúnebres (1947) es la tercera novela de Jean Genet y la primera que escribió fuera de la cárcel, con la intención expresa de rendir homenaje a su joven amante Jean Decairn, combatiente de la Resistencia muerto en las barricadas de París en los días de la liberación. En una fusión realmente perturbadora de códigos poéticos, el amor obsceno y el amor envuelto en un tornado de pétalos de rosa se mezclan en una representación que busca tal vez no sólo un nuevo lenguaje sino "nuevas reglas de vida".
Nació en París el 19 de diciembre de 1910. De padre desconocido, su madre (una joven prostituta) lo entregó a la asistencia pública a la edad de un año, permaneciendo allá hasta los ocho. De los ocho a los diez vivió con un carpintero de Morvan y su familia, a los que hizo víctimas de sus primeros robos, pese a que (según la biografía de Edmund White) siempre se habían preocupado por él y le tenían mucho cariño. Durante su periodo escolar fue un alumno aventajado, obteniendo las más altas calificaciones. Sin embargo, esta época de su vida está plagada de intentos de fuga y hurtos menores. A la edad de diez años, Genet se convirtió en un auténtico ladrón, pasando su adolescencia en prisiones juveniles (como las de Mettray, Fresnes, Tourelles y Santé) para más tarde acabar prostituyéndose. Edmund White sugiere que los sórdidos y escabrosos detalles acerca de su infancia y adolescencia pudieran haber sido exagerados por el mismo Genet para encajar en su ideal de "marginado". A partir de entonces comenzó a escribir. Sobre su vida de presidiario escribió en 1946 Miracle de la Rose (El milagro de la rosa) (Paris: Gallimard, 1951), vida de presidiario que finalizó a los 18 años, cuando se alistó en el ejército.
Su vida militar acabó de forma súbita tras ser declarado culpable de realizar actos impúdicos con un compañero. A partir de ese momento prosiguen sus andanzas como vagabundo, ladrón y chapero por toda Europa. Sobre estas andanzas personales escribe en Journal du voleur (Diario del ladrón) (Paris: Gallimard, 1949).