Pocos años antes de su suicidio Virginia Woolf intentó, más que escribir su biografía, grabar su vida en la memoria. En
seguida se dio cuenta de que la visión de conjunto se le escapaba. En cuanto a los recuerdos, ya no eran suyos: pertenecían a los personajes de sus novelas.
Sólo Nadia Fusini, eminente estudiosa e interprete de la escritora inglesa, podía acometer el arriesgado trabajo de escribir esta larga y sabia narración de su vida como aventura del alma. Haciendo que hablen su diario, las novelas, las cartas y los fragmentos biográficos, recrea todo el mundo de Virginia Woolf.