Prometeo, el que robo el fuego para entregarlo a los hombres, es una de las más grandiosas figuras mitológicas, y tiene una tradición literaria y artística que se extiende desde la antigüedad clásica hasta nuestros días. Como dios del fuego que ha sido revestido de los más complicados significados filosóficos y morales, se ha convertido en un símbolo del espíritu humano, en su anhelo hacia la luz y la libertad.
En esta obra de André Gide, efectúa una variación de este mito, que figura entre sus obras mas representativas. Es una obra muy purificada, por la lógica desencadenada en las situaciones que revisten su desarrollo literario, y por la ausencia de elementos psicológicos, ambientales y descriptivos que pudieran emparentarlo con otros géneros narrativos.