A finales del año 2001, el movimiento indígena mexicano se vio obligado a rechazar y desconocer las reformas constitucionales en materia de derechos y cultura indígena recién aprobadas, por contravenir los Acuerdos de San Andrés (Larráinzar, Chiapas) de 1996. Este hecho le provocó una nueva oleada de desacreditaciones políticas y mediáticas. Sin duda, la descalificación más dura tenía que ver con supuestas intenciones secesionistas y de intereses externos al país.
El uso mal intencionado que los medios masivos de comunicación le dieron al tema y el desconocimiento de las diferencias entre lo acordado en San Andrés y la reforma constitucional, han generado una serie de dudas y lagunas en torno a las implicaciones jurídicas, políticas, económicas y sociales de la autonomía indígena después de la reforma constitucional.
El análisis a profundidad que Leonel Flores Téllez realiza de las implicaciones de autonomía indígena, así como de las demandas de los pueblos y comunidades indígenas del país, y las lecturas que de ellas se hace desde el poder, permite conocer la complejidad del tema en un Estado como el mexicano, el cual por algún tiempo se pretendió homogéneo y soberado.
Son muchos los aportes que este libro realiza también a otras discusiones políticas, sociales y jurídicas relativas al movimiento indígena en México e invitan a preguntarnos, hasta dónde el colonialismo, más de 500 años después, continúa imponiendo sus reglas sobre los pueblos originarios de lo que hoy es México.