Desde hace más de tres décadas, el trabajo presenta una condición de sistemática degradación en términos cuantitativos y cualitativos. En este contexto, esta obra da cuenta de la capacidad de las clases trabajadoras para reconstruir el ejercicio de su ciudadanía desde los lugares de trabajo. En conjunto, la obra pone de relieve el papel protagónico que tienen las clases trabajadoras en la definición de las instituciones y los derechos que les aseguren el ejercicio pleno de una verdadera ciudadanía heredera de la civilización y la cultura.