Una novela que te robará el corazón y te hará recordar la magia de los cuentos clásicos.
En el mágico reino de Wanderly, todos tienen un papel.
Birdie Bloom es una Trágica. ¿Qué quiero decir con «trágica»? Que básicamente está condenada a un final infeliz, por eso pasa sus días encerrada con otros diecisiete huérfanos en el Hogar para Trágicos de Foulweather, donde debería estar aprendiendo a aceptar su terrible destino.
Agnes Prunella Crunch es una bruja. Y una de las verdaderamente malvadas. Lo que quiere decir que debería estar perfeccionando su risa brujeril y lanzando maldiciones de El libro de las viles acciones.
¿Te imaginas cómo se pueden cruzar los caminos de Agnes y de Birdie? Bueno, te lo voy a contar
Birdie está desesperada por encontrar alguien con quien hablar y Agnes se encuentra atravesando una depresión de bruja. Lo único que podría ayudarlas a las dos es
una amiga. Y con la ayuda de unos vientos mágicos, una carta caprichosa y un libro muy peculiar puede que se encuentren la una a la otra. Y quizás, juntas, reescriban su historia y la conviertan en una que (entre nosotros
) no es para nada trágica.
¡¡Hola!! Tú, quizás, te estés preguntando si ha elegido el libro equivocado. ¡Pero espera! ¡No me sueltes! Lo prometo: esta historia, si soy sincero, en realidad no es trágica en absoluto. No hay destinos trágicos ni nada de eso. No estoy exactamente orgulloso de decir una pequeña mentira en mi título, pero tenía que hacerlo. Verás, de donde vengo, hay algunas personas que fingen que las historias como ya no existen. ¿Por qué? Me alegra que lo preguntes Si comienzas a leer, lo comprenderás mejor. El comienzo es más o menos así: Érase una vez, una niña que estaba destinada a tener un final trágico y una bruja, esa de las malas bien malas