"Sin temor a equivocarme, esta es la única novela escrita hasta hoy sobre la Oaxaca profunda, la de la periferia de todo. Sus paisajes y personajes están muy lejos de esa visión idílica de una capital gentrificada para complacer al turismo. A caballo entre la crónica y la autoficción, esta obra transpira deseo y vileza a manera de expiación. Una voz narrativa se desmarca del predecible relato edificante sobre los desposeídos. La Guelaguetza aparece ojerosa y pintada como travesti viejo. El universo gay marginal descubre sin contemplaciones la hipocresía y prejuicios de una sociedad machista. La juventud sin éxtasis de Emilio, Brandon y Leticia acompaña con mucho licor y cocaína sus madrugadas en busca de placer entre las sórdidas calles de la Central de Abastos. Son centraleros. El descubrimiento y reafirmación sexual desde el lado moridor no deja lugar a condescendencias a la corrección política, obstinada en desinfectar el lenguaje de su carga vital. La Oaxaca de postales y tlayudas queda apabullada por la ciudad marginal y su miserable periferia que en su crudeza existencial, se vuelve invisible a las convenciones. Con Centraleros, Antonio Pacheco hace su debut en la novela a un ritmo perturbador, pero sobre todo, lleno de sinceridad."
-J.M Servín