Muchas mujeres alrededor del mundo han optado por dedicarse al trabajo sexual, sobre todo en el entorno económico precarizado y estructuralmente desigual del neoliberalismo que ofrece escasas oportunidades de subsistencia a las mujeres pobres.
Desde el análisis de la ley de trata vigente, los estudios de campo y la crónica, y con una postura a favor del reconocimiento del trabajo sexual, las ocho autoras que participan en este libro demuestran que es indispensable la diferenciación conceptual entre el comercio sexual y la trata con fines de explotación sexual, entreverados en el discurso legal.
Esta confusión tiene efectos concretos en la vida de las mujeres que participan en el comercio sexual: se violan sus derechos humanos al forzarlas a adoptar el papel de "víctimas" rescatadas mediante "dudosos" operativos de rescate.
Los textos que componen esta compilación dejan ver claramente la urgencia de escuchar a las mujeres que se dedican al comercio sexual de manera autónoma y consciente. En este sentido, más allá de discursos morales y condescendientes, son necesarias políticas públicas que se traduzcan en el reconocimiento de que el trabajo sexual es trabajo, y la trata de personas es un delito que no debería tomarse a la liera.