Si bien actualmente los padecimientos en la niñez se presentan al modo de epidemias y disfunciones (el fracaso escolar, la angustia de pánico, la anorexia, la bulimia, los autismos, las adicciones a objetos y tóxicos), la apuesta psicoanalítica sigue siendo la funcionalidad del síntoma, en tanto es la bríjula que tiene cada ser hablante.
Mientras el mercado tecnológico intenta captar al cuerpo por imágenes y cifras desde la vida intrauterina misma del bebé, en detrimiento del lazo con el médico y del deseo de la madre, la perspectiva psicoanalítica considera al deseo de la madre, del médico, del maestro y del psicoanalista como diversos antivirus de la robotización de la infancia y la adolescencia.
En este libro quiero compartir con el lector no sólo lo que enseñan con sus invenciones los niños y adolescentes que hacen la experiencia analítica, sino también mis garabatos escapados del diván, esos restos de escritura de mi experiencia como analizante que se van reciclando cada vez que se enlazan a nuevos interrogantes a los que me confronta mi práctica analítica.
En nuestra civilización resulta paradigmático el lugar de objeto que soporta el niño para los demás. Si bien los padecimientos en la niñez se presentan al modo de epidemias y disfunciones como el fracaso escolar, la angustia de pánico, la anorexia, la bulimia, los autismos, las adicciones a objetos y tóxicos; la apuesta psicoanalítica sigue siendo la funcionalidad del síntoma, en tanto es la brújula que tiene cada ser hablante, un especial GPS humano.