Este fresco monumental de la Rusia de los años de la guerra napoleónica constituye la cima de la narrativa realista de carácter épico. En su impresionante relato sobre la guerra y la paz, Tolstói incluyó todo cuanto puede contener una novela. Centrada en la invasión de Rusia por parte de Napoleón, la narración avanza con las vidas de tres de los personajes más memorables de la literatura universal: Pierre Bezújov, el hijo ilegítimo de un conde que lucha por dar respuesta a su anhelo de realización espiritual; el príncipe Andréi Bolkonski, que deja a su familia detrás para luchar en la guerra contra el Gran Corso; y Natasha Rostov, la hermosa joven hija de un noble que atrae de manera singular a los dos hombres.
Junto a ellos Tolstói, el patriarca del «gran realismo» retrata brillantemente a personajes de diversos orígenes campesinos y nobles, civiles y soldadosluchando cada cual con los retos de su clase, cultura, época y condición, hasta completar un universo abigarrado donde la vida palpita y bulle, ubérrima, y se nos muestra en toda su deslumbrante diversidad.
Lev Nikoláievich Tolstói nació el 9 de septiembre de 1828 en Yásnaia Poliana, la finca que su familia, de origen aristocrático, poseía en la región rusa de Tula. Con nueve años quedó huérfano, al cuidado de sus tías, y con dieciséis, en 1844, partió para Kazan a seguir estudios superiores, primero de Lenguas y más tarde de Leyes, pero en 1847 abandonó la universidad y regresó a su pueblo natal sin haber terminado ninguna carrera. Al cabo de tres años se alistó en el ejército y empezó a escribir, estrenándose con la escritura autobiográfica de su obra Infancia, publicada en 1852, y a la que siguieron Adolescencia (1854) y Juventud (1856). Su experiencia militar estará así muy vinculada a su dedicación a la escritura desde sus inicios. Abandonó el ejército para dedicarse a la literatura, plasmando sus recuerdos de la guerra de Crimea en El sitio de Sebastopol entre 1855 y 1856. Con veintiocho años descubre una especial atracción por la vida del campesinado, otro de sus grandes campos de interés, junto con la guerra y la educación, que se concretaron en la fundación en Yásnaia Poliana (su finca rural, que en ruso significa «Claro del bosque») de una escuela para niños campesinos.
En septiembre de 1862 contrajo matrimonio con una joven de una cultivada familia de Moscú, con quien tendría dieciocho hijos. Un año más tarde comienza su producción de ficción con la novela Los cosacos, y en 1865 el ensayo, con El nihilista. Por esa época empieza a trabajar en Guerra y paz, obra cumbre de la literatura universal. Ya consagrado escribiría otras obras maestras, como Anna Karénina, La muerte de Iván Ilich, La Sonata a Kreutzer, Hadzi Murat o Resurrección. Además de genio literario, fue un pensador y activista social de profunda religiosidad, muy interesado por la pedagogía y por las iniciativas de justicia social, que influyeron de manera notable en figuras como Martin Luther King y Mahatma Gandhi. Durante sus últimos años Tolstói vivió fielmente según sus convicciones, renunciando a todos sus bienes, adoptando el vegetarianismo y la autosuficiencia. Murió en 1910, con ochenta y dos años, en la estación de tren de Astápovo.