La locura esta hundida en el discurso de la experiencia historica y en la tajante realidad de los hechos humanos. Pero, siempre eludida, siempre inapreciable, esta como un confin y al mismo tiempo se cierra como una peligrosa trasparencia bajo las lineas de fuerza de la razon dominante. El sentido de la obra de Michael Foucault -un sentido politico mas que polemico- no descansa en el examen inocente del pasado clasico eurpeo en relacion con la locura; su efecto cultural no complace a ningun historicismo academico a ninguna nosografia tampoco: es una puesta en cuestion, rigurosa y ardiente, de la simulacion que suele registrar con miedo y desenfado, las vicisitudes "dialecticas" de la pareja Razon-Sinrazon.