Este libro trata de un aspecto poco conocido de la barbarie nazi: la persecucion de los homosexuales. A diferencia de los numerosos relatos existentes de judios que sobrevivieron a los campos de exterminio, no hay casi testimonios de homosexuales encarcelados durante esta epoca. El motivo es muy sencillo: al finalizar la guerra la homosexualidad seguia estando muy mal vista en Europa, e incluso castigada en muchos paises, por lo que los exprisioneros del triangulo rosa no se atrevian a publicar sus experiencias, temerosos de avergonzar a sus familiares y de sufrir nuevas penalidades. Tras haber sido perseguidos quedaban ahora, en cierto modo, reducidos al silencio. Este libro da buena fe de ello.