Presentación
Introducción
I. Los grandes proyectos institucionales
1- La "reconstrucción" e "invención" de la música popular a través de las políticasculturales posrevolucionarias (1924-1934)
- Música y educación para el campo
- La consolidación de culturas musicales, instrumentos y repertorio
2- El indigenismo musical
- El "México profundo": vicisitudes de lo indio-indígena en las colecciones fonográficas
- Después del 1º de enero de 1994
- La "etnomusicología aplicada" y la respuesta indígena
II. Los protagonistas
3- Gabriel Saldívar y Silva
- El pensador e historiador de la música mexicana
- La obra musicológica de Saldívar y su contexto
El libro "Historia de la música en México" (épocas precortesiana y colonial)
- Tópicos del pensamiento saldivariano
4- Del eurocentrismo musical a la diversidad musical
- Vicente T. Mendoza (1894-1964)
- La nueva investigación musical: Thomas Stanford (1929)
- Henrietta Yurchenco (1916)
5- Consideraciones finales
- Los ejes de la etnomusicología aplicada (1980-1996)
- Hacia una antropología de la música
Siglas
Fuentes
Bibliografía
"La invención de la música indígena de México. Antropología e historia de las políticas culturales del siglo XX" aborda la práctica de la investigación de esas músicas que recibió el impulso de políticas y programas culturales por parte del Estado mexicano, desde el proyecto posrevolucionario hasta su modificación en formas neoliberales de concebir las sociedades y sus expresiones culturales. La categoría de música indígena no existía antes del siglo pasado, aunque sí como una realidad, de manera que el concepto "invención" no desconoce la preexistencia de tradiciones musicales indígenas, sino que ahonda en el proceso por medio del cual el estado ha promovido las que considera propiamente indígenas conforme a lo que, se cree, debiera ser lo indígena.
Después del neozapatismo, el reconocimiento constitucional a la multiculturalidad sustentada en los pueblos originarios reconfiguró el imaginario del carácter diverso de México. no se transformaron, sin embargo, las ideas en torno a dichas sociedades (las mentalidades -dice Fernando Braudel- son prisiones de larga duración), de manera que buena parte de los cambios de las ideas y los imaginarios no se han materializado debido a que son coyunturalmente funcionales para los gobiernos y sus políticas en materia de cultura.
Cuando un asunto que parece formar parte de la vida cotidiana es interrogado científicamente, puede que se revelen aristas que la actitud natural no advierte: correspondientemente, cuando la teoría se ocupa de una cuestión cercana a la experiencia es el papel de la teoría misma, como hubiera dicho Heinz Kohut, lo que resulta esclarecido, o al menos puesto en cuestión. El espíritu de este libro involucra precisamente esos cuestionamientos, ese desafío a lo que se da por sentado, esa apertura a la complejidad de los problemas y a los enfoques heterodoxos. Marina Alonso Bolaños afronta además una problemática delicada, un asunto que se sale de los carriles disciplinados de la práctica académica normal: lo ha plasmado de un modo tal que, sin dejar de profundizar en las singularidades de cada caso, al estudioso interesado en otros contextos le resultará de aplicación a su propia circunstancia, cualquiera que sea el espacio cultural al que dedique su interés. No se trata aquí la descripción de las músicas nacionales, ni aun la teorización o la sistematización que se ha hecho a partir de ellas, sino de interrogar aspectos no triviales de la teoría y la práctica profesionales, en un encuadre que algunos pueden sentir provocativo por el uso de una palabra osada como sin duda es invención. Si bien hay, como dice la autora, multitud de interacciones complejas entre las políticas, las poblaciones, los procesos de cambio, los intereses, las burocracias, los estudiosos y en algún momento también los músicos, el hecho social total es susceptible de ser mirado en último análisis como un conjunto de actos constructivos. Actos que son, de cabo a rabo, material no sólo para el saber sino para el debate. Aunque en una lectura opuesta hablar de invención puede parecer sólo una metáfora inofensiva, una invención involucra primordialmente agencia y, por ende, actos en los que cabe establecer actores, propósitos, responsables. No es tanto la música lo que se inventa, sino los modelos de discurso que le conciernen, sus prácticas de promoción y conservación, las políticas culturales en torno suyo, las disciplinas que la indagan, que la postulan como tema o simplemente la parasitan. Me atrevería a decir que en esta dinámica también se construye la consagración hagiográfica de los héroes que dedican sus vidas a su estudio o a su recopilación, cuya estatura titánica muchas veces escamotea o difiere la cuestión de la importancia de las músicas o los músicos que constituyen su métier.