Publicada en 1885, esta breve obra relata una historia homoerótica de vampirismo, situada en las inhóspitas islas Feroe, en medio del Atlántico Norte. Es el primer cuento de vampiros que podría considerarse abiertamente homosexual. En él se narra la relación amorosa entre dos jóvenes marineros, uno de quince años y el otro de diecinueve. La muerte en un dramático naufragio de uno de ellos hará que este, escapando de su tumba, visite por las noches al amado del que no quiere separarse, en una serie de terroríficos encuentros cargados de un peculiar erotismo. Como comprobará el lector, esta triste y bella historia, melancólica como el permanente canto de las gaviotas en las agrestes costas de las islas Feroe donde transcurre, pero tan valiente como todo lo escrito por su autor, es una metáfora sobre la homosexualidad y su criminalización, que lleva a la poética conclusión que el amor entre los muchachos era más poderoso que la intransigencia y la represión de la sociedad dominante, llegando a vencer, incluso, a la muerte.
El libro se completa con tres bellos poemas de amor a soldados escritos por el mismo autor y un extenso prólogo donde se analiza la vida y la obra de este excepcional personaje