Ramayana significa «historia de Rama» y Majabhárata equivale a «Gran India», porque los antiguos arios, en opinión de Vivekananda, dieron a su país el nombre de Bhárata. En estas gigantescas epopeyas se encierra la más alta sabiduría hindú. Swami Vivekananda nos introduce en ellas de la manera más sencilla, dándonos a conocer la historia y su simbología, señalando el significado espiritual de los episodios y su vínculo con otras religiones. Porque para Vivekananda, la religión no es teoría, ni dogma, ni liturgia, ni ritual, sino reconocimiento de la verdadera naturaleza del ser humano, de la unidad de la vida, de la paz y concordia entre todos los hombres sin distinción de raza, de la amorosa convivencia de los hijos de Dios.
La obra se completa con cuatro lecturas acerca de los grandes «Instructores» religiosos: Krishna, Buda, Cristo y Ramakrishna, de cuyas respectivas enseñanzas infiere Vivekananda la capital verdad alcanzada por su maestro Ramakrishna, y que no es otra que la esencial unidad de todas las religiones a pesar de sus aparentes discrepancias en lo que tienen de superpuesto y circunstancial.