Evan tiene diecisiete años y se siente perdido. Su madre es muy estricta y constantemente le recuerda que él es una decepción. Su padre prefiere evitar conflictos y mantenerse alejado de ellos. Cansado, solo y muerto de miedo, Evan se desahoga en sus diarios y sus dibujos. Sin embargo, este verano lo sorprenderá. Henry, su mejor amigo, se ha vuelto irresistible y no puede dejar de imaginar que ser algo más que amigos es un sentimiento mutuo. Por fin, en él ha conocido a alguien que le hace saber lo valioso que es y que merece algo más que el terrible abuso, el dolor y la soledad en la que vive.