El esplendor corporal de Ignacio Caro, la agonía de Julia, la transfiguración de María de los Ángeles, el amor pagano de Mapache, la maraña de bruma con su padre, el alarido político de Lorenzo y la adoración a Flavio suman siete tragedias.
La audacia está en la anécdota y la sencillez en su tratamiento.
Cada persona fatal es un carácter absoluto que se instaura en el hierro y en el mármol: rostros y cuerpos de movimiento pasional y talla clásica.