Ernesto Meccia realiza un análisis socio-narrativo de testimonios relativos a las trasformaciones de la homosexualidad brindados por varones homosexuales adultos y adultos mayores que viven en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores desde, por lo menos, 1983. Ellos provienen de un mundo de humillaciones que hablaba en nombre de ellos; fue ahí dentro donde aprendieron a ser homosexuales. Pero ese mundo ha dejado de existir tras un denso proceso de cambio que desregulo el uso del lenguaje referido a la homosexualidad. Y por ello, actualmente, es interesante preguntarse: ¿de qué modo los mismos protagonistas de la historia cuentan, hoy, esa historia? ¿Con qué recursos narrativos, en que formatos, con que clausulas? Y además: ¿de qué modos ellos mismos-como personas- se narran insertos en la corriente general de la transformación? En suma: ¿de qué formas cuentan que el tiempo no para? El autor- expresa Irene Vasilachis de Gialdino en el prólogo- busca verdades narrativas, no verdades históricas debido a que los textos narrativos sirven como evidencia del significado personal, no de la ocurrencia factual de los hechos relatados en las historias. De esta forma, los textos narrativos son analizados en relación con los significados que ellos expresan. Dan evidencia acerca del mundo de la experiencia humana y es esa experiencia la que el autor intenta recoger. Sensible a la pregunta de Bertolt Brecht ¿Quién construyo Tebas, la de las Siete Puertas? En los libros aparecen los nombres de los reyes, Ernesto Meccia construye un libro de sociología de la homosexualidad no por intermedio de discursos expertos, sino a través o, mejor, gracias a, las voces de quienes la vivenciaron en carne propia en los peores y mejores momentos.