María Inés La Greca, a través de textos breves, ocupa con coraje la torre incólume de la palabra reservada a los hombres, y la hace entrar en cortocircuito. En el momento mismo en que son publicados, estos relatos-grafías de sí, dejan de ser el reclamo de un sitio donde expresarse y dar a luz en la sala de operaciones académicas y escriturales, para directamente pasar a la creación y ocupación de un territorio literario de goce feminista y transgénero, sin pedido de permiso ni disculpas al patriarcado.