Escrito en 1904 y 1905 es, sin duda, la obra fundamental del filósofo Max Weber (1864-1924), considerado como uno de los más importantes representantes del liberalismo europeo en el momento en que se inicia su decadencia. En el origen del pensamiento dialéctico negativo del siglo XX, y en la idea de la creciente racionalización y burocratización de la sociedad en el sentido de la no-libertad, se encuentra la figura de Max Weber, cuyos estudios sobre las relaciones entre economía y religión, especialmente sobre el espíritu del capitalismo, el movimiento reformista, sobre la burocracia y las estructuras del poder, etc., constituyen una marca definitiva en el desarrollo de las investigaciones sociales modernas.'