Antes de morir, Kafka le pidió a su amigo, Max Brod, que quemara todos sus escritos para que no fueran publicados.
Sin embargo, la tradición literaria dicta que Brod hizo caso omiso y la obra del escritor checo vio a la luz, provocando conmoción entre lectores y críticos literarios.
El proceso estaba dentro de esos escritos inacabados de Kafka; novela en donde la filosofía del absurdo se encuentra desde el primer párrafo.
El camino de K. y su proceso recorre los más extraños seres que componen a una sociedad en decadencia, en donde el ser se encuentra en la nada.
El proceso, novela vertiginosa que hace sentir claustrofobia mientras se lee y, además, hace recordar a novelas como El extranjero, de Albert Camus, o Vida y época de Michael K, de J. M. Coetzee.