Libro póstumo, versión final revisada por el autor
El movimiento estudiantil de 1968, que cumplirá ya cincuenta años a la vuelta de la esquina, y los hechos de Tlatelolco, se han llenado de expertos que no estuvieron allí ni vieron nada: el mito gana terreno.
Carlos Monsiváis, que sí participó en marchas y mítines, así como en la Asamblea de Intelectuales y Artistas, escribió una buena crónica de la manifestación silenciosa. Pero luego, en libro conjunto con Julio Scherer asienta que los hechos de Tlatelolco el 2 de octubre demuestran la perfecta sincronización de las fuerzas represivas
Demuestran exactamente lo contrario. Monsiváis no estuvo allí, y lo que vimos quienes allí fuimos detenidos, en particular los detenidos en el tercer piso del edificio Chihuahua es, sin duda, lo contrario: la absoluta desorganización, la falta de mandos, la enorme confusión entre los primeros agresores, de civil, y la tropa regular, de verde.
Quiero insistir en ese testimonio y en otros muchos detalles que conozco de primera mano. Nadie me lo contó: la última y nos vamos.